miércoles, 4 de enero de 2012

PESCANDO AL AGUA: Tácticas y escenarios. Rios de montaña.

En lo que a la técnica se refiere, pescar al agua no tiene mucho más misterio que desarrollar cierto sentido del agua y tener un mínimo dominio del lance para posar donde queremos y lograr una presentación eficiente (algo que puede llevar toda una vida, o varias, aun teniendo poco misterio).


Es en la parte táctica donde deberemos tener en cuenta que cada escenario requiere un enfoque diferente, ya que no es lo mismo tener que pescar al agua en Triollo que en Toraño.


- Pesca al agua en rios de montaña.


1) Rios abiertos.


No quiero extenderme mucho tiempo en este punto ya que mas adelante dedicaremos todo un mes a los rios de montaña. Sin embargo tampoco quiero dejar pasar la ocasión para dar unas leves pinceladas que nos permitan manejar unas cuantas nociones básicas.


Lo primero a tener en cuenta es que dentro del ámbito de la alta y la media montaña podremos encontrarnos dos tipos de rios bien diferenciados, con puntos en común y diferencias abismales. Por un lado tenemos aquellos cauces que discurren entre praderas o en zonas más bien rocosas, cuya característica básica es que en general estaremos en terreno despejado, sin demasiados obstáculos que dificulten el lance. Por otra parte, nos encontraremos también rios más enmarañados y cerrados, donde la mera aproximación a la postura antes siquiera de realizar un lance ya supone un desafío en sí mismo.


En el primer caso, en aquellos rios donde no haya demasiados obstáculos, estaremos mucho menos limitados en lo que a la elección del equipo se refiere, y pasaremos gran parte de la jornada pescando de punta, motivo por el cual nos beneficiará el uso de cañas más bien largas que nos permitan controlar la deriva de la mosca sin que el bajo apenas toque el agua y hacer continuamente lances de "posado y levantado". Si tuviese que decir cual sería la técnica idónea para estas condiciones diría que la pesca a la allerana con vara larga es lo mas indicado, pero como aquí hablamos de pescar con sedal pesado nos olvidaremos por el momento de las paisanas y la vara larga. Teniendo en cuenta la ligereza (y la sensación de ligereza) de muchas cañas actuales no es descabellado plantearse el uso de cañas de alrededor de 10'. Evitaremos estar todo el día con el brazo estirado y lo agradeceremos según vayan pasando las horas.


Los bajos de línea deberán ser lo más largos que podamos manejar, ya que el peso de la línea cuando pesquemos de punta hará retroceder el bajo por las anillas fastidiándonos constantemente. Una forma de solucionar esto es alargar el bajo. Otra forma es jugar con los ángulos de inclinación de la caña. También podríamos añadir una anilla adicional, pero personalmente aborrezco esta opción. La longitud del bajo nos la marcará el viento, nuestra capacidad de lanzado y los problemas de dragado que vayan surgiendo. En general opino que siempre merece más la pena modificar el bajo antes que cambiar de mosca, pero en estos escenarios esto no es una opinión, es una obligación.


Aun así, la parte fundamental en este tipo de rios, que además suelen ser bastante escalonados, es posar nuestras moscas en aquellas posturas donde creamos que puede estar alguna trucha esperándonos. Recomiendo aquí un instante de observación antes de realizar el lance. Un breve análisis del remolino que se forma junto a aquella piedra y una interpretación correcta nos permitirá un primer lance mas eficaz, y hablamos de truchas muy poco selectivas, pero muy asustadizas y que rara vez suelen dar una segunda oportunidad.


Y al hilo de la escasisíma selectividad de las truchas de estos tramos podremos tomarnos la libertad de usar moscas de cierto tamaño y siempre con elementos que faciliten su visualización. Si estamos hablando de que pocas veces tendremos segundas oportunidades no podemos permitirnos perder la mosca de vista entre la espuma. Particularmente prefiero imitaciones de efemerópteros en un #14 o #16 montados en paracaídas, los colores que mas me gustan para el cuerpo son los salmones (El Molino 236), los teja (La Paleta 3322, Gütermann 221 o alguna tintada del 614 para conseguir algo intermedio entre un teja y un tabaco) y los amarillos pálido-cremosos (Gütermann 578, 3 y similares). Los tricópteros en tonos rojizos o anaranjados en tamaños del #14 y #16 con indio rubión, pardo encendido o corzuno rojizo serán también indispensables. Y si la zona en la que nos encontramos es una zona de pastos o praderas serán obligatorias las imitaciones de terrestres: escarabajos, hormigas y saltamontes. Si a esto añadimos algún montaje más o menos clásico como una MP81, alguna Klinkhammer o Royal Wulff tendremos el camino andado en lo que a moscas se refiere.


Pero insistiendo en lo anterior, y mas allá de las moscas, lo mas importante será la selección de los lugares a los que lanzar. Habitualmente nos encontraremos con truchas de pequeño tamaño, y si en general es importante saber identificar las mejores posturas, aquí será además fundamental identificar las posturas de trucha grande, que por desgracia serán normalmente los lugares en los que mas dificultades tendremos para hacer derivar correctamente la mosca. Y las derivas no deberán ser cortas, serán cortísimas, y repetiremos pocas veces el lance en cada postura. Recordemos siempre que son truchas de primera oportunidad. Si hemos lanzado a una postura que creemos propicia y hemos obtenido una deriva correcta sin resultado, mejor intentarlo solo una vez más y seguir rio arriba. Cuanto mas rio recorramos mas posibilidades de éxito tendremos.


Los puntos calientes a los que prestaremos especial atención serán las posturas cercanas a grandes piedras, visibles o sumergidas. Los cortados que a veces se producen en las orillas debido a la erosión de las crecidas (especialmente si hay vegetación y se forman zonas sombreadas: protección, alimento que cae desde la vegetación... Una bomba). Las playitas de poca profundidad justo en el limite entre la corriente y donde comienza el remanso. Las cebecras y colas de cualquier pocito que se pueda formar. Y especialmente los lugares donde se combinan dos o más de estas zonas.


A partir de aquí solo necesitaremos unas buenas piernas; unos víveres como dios manda (personalmente la combinación de barritas de cereales, anacardos y bocata de chorizo de Ezequiel la veo insuperable); ropa de abrigo ya que el clima puede variar en minutos y protección solar para que el viaje de vuelta en el coche no bajemos todos los santos del cielo (esto es mucho mejor dejarlo para el día siguiente por la mañana, cuando las agujetas nos recuerden que a lo emjor no viene tan mal un poquito de deporte de vez en cuando).


Y un punto fundamental para este tipo de pesca y cualquier otro que vayamos a realizar: siempre que sea posible nuestros pies no tocarán el agua, no proyectaremos sombras sobre el cauce, evitaremos los destellos metálicos y pescaremos siempre en primer lugar las posturas de la orilla por la que transitamos.


Para los que se preocupan por la ropa, en estos escenarios, yo elegiría azules pálidos y grises, ya que lo que tendremos detrás nuestra la mayor parte del tiempo será el cielo.


2) Rios cerrados.


Nos encontramos ahora un poco mas abajo en lo que al rango de altitud se refiere (siempre hablando en general). Rios de media montaña cruzando el bosque, menos escalonados que en el caso anterior, con alguna tablita que nos permita relajarnos levemente y truchas con un tamaño medio un poquito mayor y una dieta algo mas variada y abundante.


El equipo aquí es fundamental. Desde mi punto de vista el límite máximo para la caña está en los 8'. Mis preferidas para estos escenarios son de 7' ya que me permiten moverme en zonas muy cerradas y al mismo tiempo lanzar cómodamente allá donde el rio se abra un poco. He tenido cañas desde los 5' y menos de 7' para mi gusto no tiene mucho sentido; y de 7'6'' en adelante ya empieza a estorbar un poco. De ahí que los 7' sean mi medida ideal.


Problemas: "He enganchado". "No tengo espacio para lanzar". Soluciones: practicar. No hay secretos. Deberemos recurrir a lances rodados, a ballesta, haciendo que nuestro bucle se abra por debajo de la caña tanto en el lanzado trasero como en el delantero, lanzados laterales... Y nunca nos olvidaremos de variar nuestra posición. A veces un lance complicadísimo aguas arriba se vuelve pan comido si nos salimos del rio y hacemos una aproximación aguas abajo.


El sigilo es fundamental. En este tipo de rios es difícil transitar por fuera del agua, así que avanzaremos despacio, las orillas serán nuestro objetivo principal. Nos centraremos en aquellos lugares donde las corrientes tiendan a acumular el alimento. Aprovecharemos las zonas de más corriente cuando queramos cambiar de orilla en el rio. Nos desplazaremos siempre aprovechando las sombras de la vegetación de la orilla. Si nos vemos obligados a agacharnos o arrodillarnos dentro del cauce, lo haremos lentamente y una vez que estemos en la posición deseada esperaremos uno o dos minutos antes de realizar el lance. Seguimos enfrentándonos a truchas de una sola oportunidad en la mayoría de los casos y nos conviene presentarles nuestra mosca cuando su grado de alerta es bajo.


En este tipo de rios a menudo nos encontramos con una mayor densidad y variedad de macroinvertebrados, por lo que en mi caso las moscas a utilizar son las mismas que en cualquier tramo medio o bajo de los rios. Saltonas, patosas, bétidos, hormigas... Si tuviese que elegir solo tres moscas me quedaría con una saltona con el cuerpo oliva en cul de canard, tejadillo en flor de escoba encendido y hackle rubión en pluma de León en un anzuelo del #16; una hormiga (sin alas) montada en paracaídas con el poste en blanco (recordemos que generalmente son rios sombrados).
Un apunte fundamental sobre las hormigas no aladas. El tamaño nunca importa. Pensemos que no son macroinvertebrados acuáticos y que se ponen al alcance de las truchas siempre por accidente. Por tanto, lo mismo puede caer al agua una hormiga de 11 mm que una de 6 mm. Así que no tengamos miedo, solo aseguremonos de poder verla bien en acción de pesca; y una emergente de oreja de liebre con alas en cul de canard en un #18. En todo caso moscas no muy elaboradas y "baratas", pues serán frecuentes los enganchones y no será extraño perder algunas. Y jamás deberemos dejar de hacer un lance por temor a enganchar o perder la mosca.


Y hablando de temor, la mayor dificultad que encontraremos en este tipo de rios enmarañados no se soluciona con ninguna técnica, ya que nuestro principal problema va a ser el miedo. Todos hemos oído aquello de "pues sí, está bien de truchas, pero está aquello tan cerrado que no hay dios que pesque allí". Pues sí hay quien pesque allí, y sin necesidad de ser ningún ente celestial. Simplemente deberemos ir a estos tramos como a cualquier otro, con la mente y los ojos abiertos y pensando en disfrutar del rio y de sus pobladores. Si se da bien, perfecto. Si se da mal y encima perdemos media caja de moscas, otra vez será... Si no vamos nosotros, alguno se encargará de disfrutarlo en nuestro lugar (o de destrozarlo debido a la nula vigilancia, pero en esto más vale no pensar).




A.C.A. Madrid, enero 2012.

6 comentarios:

  1. Muy, muy, muy bien explicado! y totalmente de acuerdo. Me ha gustado mucho el punto en el que hablas de cañas largas y bajos lo más largos que podamos en las aguas de alta montaña despejadas. Si señor! Porque a veces en los foros y en la red se lee cada cosa de flipar que te preguntas, pero ese tipo ha pescado ahí realmente?
    Sin duda será una entrada que ayudará a muchos noveles (o no) que nunca se hayan acercado a estos escenarios.

    Un saludo desde Pirineos!

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  2. Como dice Alfonso, muy bien explicado.
    Ya quisiera yo cuando empece que me hubieran contado todo esto.
    Un saludo

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  3. Abel, totalmente de acuerdo contigo en cuanto a los rios despejados..... salvo por una cosilla :D.
    Lo de las cañas largas lo he estado probando este año y seria la única excepcion en la que las recomendaria para pescar a seca. Por otra parte, y en base a las pruebas que he estado haciendo, con respecto a los bajos yo soy mas de la opinión que no hace falta alargarlos demasiado. Como bien dices, se trata de pescar mas o menos a la allerana y en realidad solamente necesitamos que sea la mosca la que toque el agua. De esta forma las derivas son muchisimo mas naturales.

    PD Alfonso, para la próxima temporada de alta montaña, quiero enseñarte una cosilla que creo que te va a gustar mucho :D

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  4. Mikel, lo del bajo es tan personal que no me he querido meter en mucho jaleo. Yo uso dos opciones, o un cónico terminado en un 1x más tramos, que hace un total de unos 6 metros, y que utilizo en rios donde combinamos la pesca de punta con otras zonas donde podemos dejar derivar la mosca en lanzamientos un pelín mas largos. O si no tengo en otro carrete una línea montada con un bajo thebault de seda al que añado un par de metros de nylon decreciente más un terminal de unos 100 cm y esta opción la utilizo para pescar exclusivamente de punta, cuando hace mucho viento o cuando pesco con imitaciones de saltamontes, escarabajos o cualquier otro bicho gordo.

    Y siempre llevo los dos carretes y voy cambiando según tramos. En fin, ya he dicho muchas veces que soy partidario de cambiar el bajo antes que cambiar la mosca.

    De todos modos, tanto Alfonso como tú, tenéis muchas mas experiencia que yo en los "rios abiertos", ya que en Asturias, Galicia y León, que es dónde mas he pescado, predominan los de tipo cerrado.

    En cualquier caso, gracias a todos por leerlo y comentar!!

    Saludos!!

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  5. Yo soy de la opinión de utilizar el bajo más largo que puedas manejar con la caña. Las derivas rerán más largas, y habrá menos chance de que la mosca drague en los rabiones.
    De otra manera, y siempre que puedo, utilizando un montaje de tamdem, se consigue una deriva de mosca bastante natural, ya que a veces, la velocidad del agua arrastra demasiado rápido el tippet, o la pesca de punta no deja la mosca derivar el tiempo suficiente. En este caso, la ninfa tiende a anclar un poco la mosca, y se consigue una posada de mosca criminal...

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  6. Yo esto que digo siempre de cambiar el bajo antes que la mosca lo digo porque realmente utilizo muy pocos modelos distintos a lo largo de todo el año (oliva pajizo, amarillo pajizo y carne en seda, orejas de liebre, hormigas, caenis, trico de león y liebre, mp81, mp44 y poco más....).

    Me llama la atención muchas veces ver a otros pescadores cambiar de mosca cada dos lances, comiéndose unos 10 cm de terminal con cada cambio, y yo acabo preguntándome: "¿y si probasen a alargar un poco el bajo para ver si los rechazos se deben a algún dragado imperceptible y no a la mosca?".

    Para mí la mosca no importa más de un 10%, o como mucho un 15% dependiendo de las condiciones, y al bajo de línea y la presentación les daría un 35-40% (el 50% restante lo dejo para repartir entre todo lo que se engloba en conocimiento del medio y demás).

    Pero en realidad sí que soy también de la idea de que al menos el terminal sí debe ser lo mas largo que nosotros mismos y el viento, la zona, etc. nos permitan manejar.

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